L’effet aquatique (2016)
Extravagante y divertida, una mezcla peculiar en el género de comedias románticas.
Inicio mi viaje a través del cine islandés con este maravilloso descubrimiento, L’effet aquatique, escrita y dirigida por Sólveig Anspach. Cuando Samir, un operador de grúa, ve a Agathe, una instructora de natación, despachar a un pretendiente en un café, se queda completamente hipnotizado. Enamorado y determinado, Samir finge no saber nadar y se anota a las clases de natación en la pileta municipal donde enseña Agathe. Equipado con una malla naranja, gorrito prestado y anteojos gigantes, los ojos de Samir brillan como un niño durante las clases de natación con la chica de sus sueños.
Con un diálogo atrevido y perspicaz, esta comedia romántica me sacó varias sonrisas y risas sin caer en forzosos clichés. Es que la peculiaridad con la que están caracterizados los personajes, sumado a escenarios insólitos como el congreso de instructores de natación en Islandia convierten a esta comedia “screwball” (donde el personaje mete la pata una y otra vez) en una película extravagante y divertida. La encantadora torpeza de Samir con su largo cuerpo y rostro de perro triste, y la irritable e impaciente Agathe, mantienen viva la pantalla con la singular química que tienen entre ambos, a pesar de la historia que va perdiendo su frescura a medida que avanza. De seguro, estaré viendo las demás películas de Sólveig, quien falleció hace un par de años.